Como norma general, cuando nos vamos de vacaciones pensamos en desconectar, tirarnos en una hamaca sin hacer nada durante varios días y no pensar en otra cosa que no sea en dejar pasar el tiempo. Puede que alguien prefiera el verano y marcharse a la playa, mientras que otros sean más de montaña, buscar un refugio y ver cómo nieva tras la ventana mientras se toman una taza de chocolate caliente junto a una chimenea. Aunque también hay quienes prefieren aprovechar su tiempo libre para ayudar a otros, bien sea en su propia ciudad o viajando a algún país en el que haga falta gente que colabore en proyectos sociales y de desarrollo, como la construcción de escuelas, hospitales o centros médicos.
Turismo solidario
Lo que se ha venido a denominar como turismo solidario consiste en colaborar con alguna organización no gubernamental durante los días de vacaciones de los que se dispone. Mucha gente a lo largo de los años ha apartado sus días de descanso para hacerlo, pero es necesario tener algún contacto dentro de la organización para saber dónde y cómo se puede colaborar. Además, hay que tramitar permisos, ponerse vacunas y algunas otras cosas más, de modo que mucha gente no se atreve a dar el paso porque piensa que los requisitos son muchos.
Aunque es cierto que se necesitan cumplir algunas condiciones, lo cierto es que muchos tienen ganas de hacer algún tipo de trabajo voluntariado y se preguntan si no habrá alguna forma de facilitar las cosas para poder colaborar.
En la actualidad hay agencias de cooperación que ofrecen a quienes lo desean toda la información que se necesita para viajar a un proyecto solidario y poner su granito de arena. Se encargan de orientar a cada uno respecto a dónde pueden ir, cuáles son las condiciones legales que se tienen que cumplir y el mejor modo de llegar hasta la zona. Incluso tramitan ellos mismos los permisos, se encargan de encontrar alojamiento y hasta ofrecen paquetes combinados, en los que aprovechar algo del tiempo para conocer un poco más la zona y ver los atractivos que tiene. De este modo, además de hacer un trabajo ong se tiene la oportunidad de conocer un lugar al que muy probablemente no se habría ido de vacaciones en condiciones normales.
Una oportunidad única
La sensación de bienestar que se obtiene cuando se aprovechan las vacaciones para hacer el bien a otros es tan grande, que quienes van por primera vez y vuelven a casa están deseando tener de nuevo unos días libres para repetir. No importa si se trata de ayudar a un niño llevando cuadernos para que estudien en la escuela o construyendo edificios en los que atender a los enfermos. La sonrisa de agradecimiento de quienes lo reciben es algo que realmente llena de alegría la mente.
Si no sabes dónde puedes aprovechar tu tiempo libre, puedes informarte sobre algunos proyectos solidarios en la página web http://www.voluntariosenelmundo.com, donde tienen varios tipos de viajes entre los que elegir.
Otros leyeron también: